sábado, 23 de marzo de 2013

Jeder stirbt

No sé en qué momento mi vida sé ha convertido en una simple sucesión de días y de noches. Y no sé en qué momento se ha parado el tiempo y he podido por fin comprender que la vida de los demás no son más que simples sucesiones de momentos compartidos que no significan más. Solo caras que no representan nada más. Sin emociones, porque ya no podemos emocionarnos. Sin sentimientos, porque no podemos sentir, porque nos arrancaron el corazón sin siquiera molestarse en avisarnos. Sin vida, porque a esto no se le puede llamar así.
''We all feed on tragedy''.
¿Qué Dios querría salvar a unos humanos como nosotros? Presenciamos la desgracia a nuestro alrededor sin inmutarnos, día tras día. Matamos para sobrevivir. Matamos por diversión. Matamos por locura. Matamos sin poner una excusa razonable. Simplemente aniquilamos, mutilamos, destripamos las entrañas de nuestra propia especie, incluso de nuestra propia estirpe, víctimas de nuestra rabia. Somos esclavos de todo lo que podamos sentir. Somos tan irremediablemente imperfectos, salvajes, incluso me atrevería a decir INHUMANOS, que no hemos dudado en matar a nuestras madres, a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestros hermanos. Y luego nos preguntamos por qué no recibiremos salvación alguna.
Si yo fuera Dios, no solo no os salvaría, sino que me encargaría de que vuestra condena fuese aún peor de lo que ya es.