Envidio la manera en la que te mueves, siempre con cierta indiferencia.
Me miras por encima del hombro durante una milésima de segundo y después
desapareces de la misma forma de la que habías aparecido. Jamás una mirada de
aprecio, una palabra bonita, ni siquiera un choque que te hiciera ver todo lo
que soy. Día a día me desesperaba pensando que jamás te tendría entre mis
brazos, que jamás sería capaz de dirigirte la palabra. En cambio, tenía mucho
que decirte, mucho que ofrecerte, mucho que contarte. Empezaría con un ‘’no sé
cómo decírtelo, pero creo que estoy enamorada de ti’’ y acabaría con un ‘’sé
que tal vez te parezca un poco estúpida por estar diciéndote esto y que
probablemente jamás me quieras volver a ver, pero necesitaba decirte lo que
siento’’. Entonces una mirada tuya atravesaría mis ojos y me besarías con esa
ternura ansiada en mi corazón. ¿Qué si es una obsesión? Puede ser, se podría
definir también como una enfermedad que me va devorando por dentro, comiéndome
el corazón muy lentamente, día a día. Y ya llevaba así meses y meses, colgada
por ti, enamorada de un imposible. Aunque sentía la necesidad de contarte todo
lo que sentía y desahogarme de una maldita vez, debía callarme. Debía callarme
porque sabía que te reirías de mí. Al fin y al cabo, yo solo era una estúpida
niña que soñaba con algo que jamás tendría. Ese deseo enfermizo era el que
hacía que todo lo demás no significara nada. Probablemente ahí fue cuando
empezaron mis problemas mentales, o quizás ya los tenía antes. En todo caso, yo
sabía que estaba mal, pero no podía detenerlo. Era algo que me superaba, que
superaba todas mis fuerzas… No podía evitarlo… No más. Era el momento de
actuar, de ser algo más que una compañera en la vida de aquel chico.
La mejor vida no siempre es la más sana. El alcohol no es siempre la mejor respuesta, pero suele ahogar mis penas.
domingo, 27 de noviembre de 2011
martes, 1 de noviembre de 2011
El amor no se grita, se demuestra.
No
soy nada sin ti, cada vez lo tengo más claro. Estar a medio metro de ti ya es
demasiada distancia entre nosotros dos. Y lo tienes todo, eres tan perfecto que
no puedo evitar emocionarme al pensar que, de todas las chicas que hay en este
mundo, me has escogido a mí para pasar este tiempo que espero que sea muchísimo.
Bueno, de momento llevamos 19 días juntos, casi 20, pero para mí es como si
fueran meses porque siento que estamos tan, tan, tan unidos que se me hace difícil
pensar que te quiera tanto a pesar de llevar tan poco tiempo juntos. Pero
estábamos destinados a estar juntos, ya desde antes de conocerte sabía que quería
a un chico como tú, y cuando te conocí en lo único que pude pensar es que el
destino me había dado esa oportunidad y no quería perderte por nada del mundo.
Y no te voy a dejar marchar, porque quiero ser tuya para siempre y que tú seas
mío para siempre. Porque una eternidad a tu lado se me hace muy poco, quiero
aprovechar cada segundo a tu lado como si fuera el último. Quiero abrazarte y
no soltarte más y besarte todas las veces que pueda. Y sobre todo, quiero que
te des cuenta de todo esto, de lo mucho que te quiero. De que lo eres todo para
mí, la persona ideal con la que llevo soñando desde pequeña. Eres todo en mi
vida, la luz que hace que no me pierda y la ayuda que me hace continuar. Sin ti
no sería nada. Te quiero más que a nada, cariño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)