domingo, 23 de septiembre de 2012

I have no fear.

No tengo miedo. No tengo miedo de mostrar mis sentimientos, sean los que sean, para que todo el mundo los vea. No voy de valiente por la vida, ni intento dar pena a través de estas líneas que a veces no tienen sentido. Simplemente quiero que, por unos instantes, dejéis de pensar en vuestros problemas y os dejéis llevar por algo ajeno a vuestra persona, el tal vez estúpido dolor de una 'niña' de 17 años que ha vivido demasiadas cosas que no debería haber vivido y que ha ansiado tantas cosas que ya nunca verá. Me perdí en mil ocasiones, lloré con miles de palabras, me acosté cientos de noches con mis penas y ahogué todo mi dolor en un vaso de cristal. Y no quise ser así, cambié muchísimas veces de forma de ser, pero tengo la sensación de que siempre acabo siendo igual. Voy de buena por la vida, intentando ayudar a todo el mundo que está mal, pero cuando son felices no puedo evitar ser la egoísta que piensa '¿él es feliz gracias a mí y ni se le pasa por la cabeza intentar que yo también lo sea?'. Y odio tener razón, ojalá me equivocara toda y cada una de las veces que digo que algo malo va a pasar. Ojalá no me hiciera tantas estúpidas ilusiones con todo, de esas que luego se rompen en pedazos y no eres capaz de recoger. Y me duele, me duele muchísimo ser así y no ser capaz de cambiar por más que lo intente. Y lo cierto es que ahora estoy realmente cansada, cansada de todo, de que la gente que quiero que me valore no lo haga. Me duele que esos mejores amigos de toda la vida se separen de ti y solo se den cuenta de que estás mal a través de una estúpida red social. Me duele que una persona a la que le entregué los dos mejores años de mi vida esté a punto de abandonarse, de abandonarlo todo, por el dolor que puede causar el mundo entero. Y eso me fastidia más que nada. Hay personas increíbles, maravillosas y fascinantes en este mundo, y estamos acabando con ellas a base de palos. ¿Qué nos va a quedar después? Luego intentaremos buscar a una persona que realmente no sea como los demás, que piense diferente, y nos arrepentiremos de haberles hundido la vida hasta el punto de que no quieran salir de sus casas por el terror de ser diferentes. Y no soy deprimente, ni negativa, ni catastrófica ni pesimista. Simplemente es que todos tienen un límite, y yo ya me cansé de tragar, tragar y tragar sin esperar nunca nada a cambio. Siempre hay que reventar.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Nie wieder.

Estoy cansada de ver cómo el tiempo se me va, cómo pierdo el tiempo contigo sin que a ti ni te importe. ¿Qué soy para ti? Soy más que un maldito paño de lágrimas que puedas usar solo cuando a ti te convenga. Soy más que la simple persona que está ahí para aguantar tus depresiones, tus tonterías, tus pensamientos. Soy la que tiene que soportar todo eso y, además, luego aguantar que no me hagas ni caso cuando me ves. Esperas a estar bien para estar con toda la gente que te hace daño. ¿Pues sabes qué te digo? Que se acabó, que a partir de ahora necesito ser un poco más egoísta, pensar más en mí, en las cosas que me hacen bien y en las cosas que me hacen mal. Porque toda esa preocupación que sentía por ti, todo lo que podía llegar a sentir por ti se está convirtiendo en algo malo. Y todo porque tú lo generas, porque no te das cuenta, tu prioridad son ellos y solo ellos, yo solo estoy ahí cuando te conviene, cuando no tienes con quién hablar, nadie que te llegue a comprender como yo. Y estoy cansada, estoy cansada de ver eso, de que sea como si me lo estuvieras echando a la cara, como si estuvieras en frente mía diciendo ''mírame, mira cómo paso de ti sin que tú no digas nada''. Pues a este paso se acabará todo, al final dejaré de sentir lo que siento por ti y tampoco serás nada para mí. Acabaré diciéndote hasta nunca, como tú me dijiste una vez. Acabaré gritándote delante de todo el mundo que no, que no quiero, que no quiero ni intentarlo, que ya no siento nada por ti y que no tengo nada más que hablar. ¿Es eso lo que quieres? ¿Es eso lo que pretendes? Porque es lo que insinúas.

martes, 11 de septiembre de 2012

Müde von all.

Estoy harta de ti, de mí, del mundo entero. De que todos ignoren que estoy mal cuando es evidente. De que todas las personas a las que ayudé y apoyé todo lo que pude pasen de mí cuando necesito ayuda. Estoy harta de ti, por hacerme siempre lo mismo, por hundirme en la miseria para ser tú feliz, por prometerme cosas que no vas a hacer. 5 MINUTOS era lo único que te pedía, estar conmigo cinco minutos y darte cuenta de que no estoy, o por lo menos saludar. Ya veo lo importante que soy para ti, adiós.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Wollen wir?

A veces no te entiendo, no consigo entrar en tu mente y comprenderte todo lo bien que querría. A veces me quieres con locura y me regalas tus sonrisas, haciéndome la persona más feliz del mundo. Y luego desapareces sin más, las sonrisas se convierten en lágrimas, el amor se vuelve un rencor incomprensible por no saber el por qué. Que siempre que mentí fue por verte sonreír, por tu felicidad, por no dejar que esos preciosos ojos derramaran una sola lágrima. Y de repente vuelves, después de tanto daño, después de todo el dolor que me consumía mientras me decías que ya no sentías nada por mí, que no intentara nada por volver a estar a tu vera. Después de todo esto vuelves y me dices que jamás me has dejado de querer, que todavía tienes el sentimiento ahí. Y me siento confusa, no sé qué hacer, no sé cómo actuar. No sé lo que soy para ti, ¿una amiga de la que estás enamorado? ¿un simple rollo que no llegará a nada más? No lo sé, en un par de meses las cosas han cambiado demasiado, pasamos de estar tan unidos a estar tan asquerosamente separados. Estuvimos enamorados, estuvimos dolidos, estuvimos ausentes. Y me cansé de creer que todavía estabas, recordando todas esas noches, todos esos días que siempre acababan bien, pasara lo que pasara. Tantas veces que he intentado ahogar mis penas en alcohol, muriéndome por dentro sabiendo que no volvería a verte, que lo mejor era no volver a vernos, no volver a hablar. Y supongo que fue tu felicidad momentánea lo que me hizo perder la cabeza. Ahora aquí estamos, ¿bien? ¿mal? no lo sé. ¿Somos felices así? ¿necesitamos algo más? Yo me conformo con un abrazo tuyo, con sentirte cerca de mí. No necesito sexo, ni siquiera necesito un beso. Solo son las ganas de estar contigo, de poder cogerte la mano y sentirte cerca. Solo es eso, son las ganas de poder quererte a mi manera, de que deje de haber tormenta en mis ojos, de dejar de intentar hacerme daño por olvidarte. Simplemente quiero una vida normal, queriéndote, siendo yo, especial entre los más especiales. Y, ante todo, quiero estar ahí siempre.

lunes, 3 de septiembre de 2012

All you need is...

Es solo una princesa en un castillo de cristal. Pobre y dulce niña, con su inocencia robada, destinada al pecado y al dolor. A vivir eternamente en la boca de la gente, de hombre en hombre. Se siente usada, se siente hundida en la más profunda desgracia. Ella es solo una dama en el cuerpo de una prostituta. Ella es una filósofa, ella es inteligente. Pero eso nadie nunca lo verá. Nadie se fija en lo que hay en su interior, porque su máscara es muy bonita. Noches de llanto, gritando y maldiciendo el haber nacido así. Y se levanta cada mañana, asume el dolor, se envenena por dentro, y continúa su maldición.
La belleza es una maldición con la que carga la sociedad de hoy en día. Vivimos en un eterno carnaval, siempre con nuestras máscaras, evitando el dolor, evitando todo lo que nos pueda hacer daño, envenenándonos los unos a los otros. Hasta que esta pobre niña, harta de tanta hipocresía, rompa la máscara del dolor. Yo soy esa pobre niña. Yo soy tu dolor.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Bird.

¿Qué existe detrás de esa máscara tras la que te ocultas? Tras años siguiendo tu voz, siento que esta se acaba al final del camino, cuando todo se derrumba y esa luz que me dabas ya deja de existir. Tras toda una vida tratando de comprender qué era eso que me mantenía a tu lado, he dejado de darle importancia. Me he dejado llevar por un túnel de oscuridad infinita, donde no hay nada más que yo. Caminar por ahí, en la soledad de mi vida, en la tranquilidad de un drama que acabó en tragedia, en la muerte que es mi vida. La ironía de estar llorando de felicidad, y riendo por no llorar de tristeza. Ese estado de consumirme como un cigarro a manos de un adicto. Esa idea suicida que recorre cada una de las partes de mi cuerpo, que me atrapa, que desea salir cada vez que me siento cerca tuya. Me consumes. Me hieres. Me matas una y otra vez. Y yo, yo solo soy tu puto pájaro enjaulado, y deseo salir.