sábado, 30 de julio de 2011

No duele el golpe si no quien te lo da.

Si no tienes nada que decir, ¿para qué aprendiste a hablar?
No pienso esperar al tiempo, porque él nunca se paró a esperarme.
Perdonar no significa aceptar.
Si me hubiesen dicho que ese sería nuestro último beso, aun estaría besándote...
Las cosas no tardan en llegar, las esperamos demasiado pronto
Todos eses rasguños que te deja la vida son hechos para que comprendas que tienes el valor y la capacidad de curarlos.
Nada es un obstáculo a menos que tú lo digas
Buscas lo bueno fuera de ti cuando lo tienes dentro.
Las segundas oportunidades solo se dan por pena.
Aceptar que nadie es perfecto es el primer paso para serlo.
La vida es simple: recibes lo que has dado y para ser feliz solo hay que olvidar el pasado.
Llorar desconsoladamente mientras escuchas las palabras más duras que has oído en toda tu vida.

Esa canción...

Sí, esa que a simple vista ves el título por primera vez y piensas: bueno, habrá que escucharla pues. Esa misma que la escuchas y crees que está bastante bien, esa que metes en tu Mp3, la misma que escuchas a todas horas, todos los días. La canción con la que te despiertas y en la que piensas hasta quedarte dormida. Esa canción que te recuerda momentos especiales de tu vida, los mejores sin duda. La que mejor te define. La cual de la que te sabes el vídeo entero y la letra, palabra por palabra, da igual el idioma en el que esté. La que nunca te dejará de gustar, aunque pasen los meses y los años y los gustos vayan variando. Aquella canción que te hace reír, llorar, saltar, rabiar, recordar... sufrir... soñar... disfrutar... En fin, la que te hace vivir. La que vuelves a escuchar un día por la calle y sonríes, porque sabes que no eres la única a la que esa canción le ha cambiado la vida. Esa canción que te mueve.

viernes, 29 de julio de 2011

Realidad.

 ABRÍ los ojos y estaba a su lado. No me lo podía creer. Antes siempre lo había considerado un sueño. Lentamente le cogí de la mano, temblorosa por miedo a que se desvaneciera con el contacto de mi piel. Pero no, allí seguía, postrado en la cama. Era tan perfecto... Me detuve de nuevo a recorrer su cuerpo con la mirada. Definitivamente no era posible que él se fijara en mí. Yo era una chica normal, loca a mi manera, que desde el primer momento que le había visto se había enamorado de él, de un imposible. Y a él se lo debo todo. Todo en lo que me he convertido, lo que he dejado de ser. Abandonar mis malas costumbres, mi dejadez, mis manías, solo para gustarle un poco más. Y él no lo sabía, nadie se había fijado en que todo lo hice por gustarle a mi amor platónico. Y lo quiero por lo que es, ciertamente, pero también lo quiero por cambiarme, por hacerme progresar. Hoy estoy contenta de poder estar a su lado, pensando que será algo para siempre. Porque nuestro amor será leyenda.

jueves, 28 de julio de 2011

Siempre tú, nunca yo...

 El día que te conocí fue uno de los mejores de mi vida. Me ayudaste en todo cuanto necesité, nunca te quejaste cuando yo necesitaba desahogarme o cuando te pedía favores casi imposibles de hacer. Tú siempre estuviste ahí para todo lo que fuera.
Me gustaría haber estado hoy allí.
Me gustaría haber podido detenerlo todo, me gustaría haber hecho tantas cosas por ti... o por lo menos darte las gracias por estos meses de vida.
Nunca esperé que la primera noticia que recibiría al llegar a casa fuera que tú estabas en el hospital por una estúpida pelea.
Nunca supe lo que es sentir como te vas quedando sin alma mientras te dicen que estás luchando entre la vida y la muerte.
Nunca sentí que las palabras me llegaban a montones y no sabía ordenarlas, y como las lágrimas caían a montones mientras los médicos decían que quizás nunca te volvería a ver.
Me quedé allí, sentada, mirando a ningún lugar, cogiéndote de la mano.
A día de hoy se me olvidó decirte que te quiero, espero que tú lo recuerdes estés donde estés. Me gustaría haberte dicho todo lo que sentía y lo especial que tú eras para mí, mi mejor amiga con diferencia y que no podía hacer más sin ti. Que mi vida sin ti estaba vacía
Me gustaría cambiar ese momento y poder estar yo en tu lugar... Me gustaría apretarte fuerte la mano y que te despertaras, me hablaras, me escucharas, me sonrieras como solo tú sabías...
¿Cómo es el vacío? ¿Es tan frío como lo pintan? Tranquila, sé que algún día no muy lejano nos volveremos a ver en la otra sombra del sueño...


Casi dos años han pasado desde que te escribí esto. Y sé que si algún día lo leyeras, estarías más que orgullosa de mí. Por todo lo que he conseguido a lo largo de este tiempo, todo lo que he madurado, en parte gracias a ti.
He llorado muchísimo estos dos años, pero nunca lloré tanto como el día en que te fuiste definitivamente. No me importó gastarme 5 euros cada día durante un mes solo para verte, aunque solo pudiera estar dos horas sentada en esa fría mesa viendo como tu vida se consumía. Recuerdo que el día que nos dejaste yo no fui a verte, tenía una competición. La mejor carrera de mi vida. Y la peor noticia. Ahora ya lo tengo asumido, porque me has hecho fuerte, me has hecho aprender a llorar solo por lo que de verdad importa, y que cuando una amiga se va hay que alegrarse, porque nos volveremos a ver y entonces será para siempre.

miércoles, 27 de julio de 2011

Nuevo día, nuevo engaño. 27


 ¿Qué hay de todo aquello que teníamos? Los reflejos ahora son grises, apenas se pueden ver, algunos ya han desaparecido. No puedo ver mi reflejo, y tampoco te puedo ver a mi lado. ¿Has desaparecido? Me siento perdida, en un mar inmenso donde mi barco se está hundiendo. Y no puedo parar de pensar en todos esos momentos en los que lo nuestro era verdad. Aquellos momentos en los que subir un monte durante toda una tarde merecía la pena, porque la recompensa era un beso tuyo, y eso siempre lo fue todo para mí. Aquellos momentos donde los demás no importaban, solo importábamos tú y yo, ser felices juntos y nada más. Que el 8 de febrero del 2010 fue el día más feliz de mi vida, porque apareciste tú, ese día decidiste ser la persona más importante en mi vida. Recuerdo el primer abrazo, cuando no quise soltarte nunca, tenerte conmigo para siempre… Recuerdo que no paraba de pensar en ti, porque tú lo ocupabas todo en mi mente. Me acuerdo de nuestras estúpidas discusiones, en las que me di cuenta de que aquello era estar enamorada, y sin darme cuenta así me enamoré de ti y tu estúpida manera de quererme. Me acuerdo de aquel día, del primer beso, de una emoción más. Que cuando me besaste sentí fuego en el estómago, el mismo fuego que siento cada vez que me tocas. Y todas esas veces que tú estuviste a mi lado para apoyarme, dándome tu todo en las buenas y en las malas. Que has sabido animarme cuando las cosas iban mal y has sabido enamorarme con cada discusión. Porque cada vez que te odiaba por hacerme llorar te odiaba por hacerme querer tanto, por no poder dejar de pensar en ti, por todo lo que me haces sentir. Y vale, pasaron muchas cosas malas, lo sé, me he equivocado, también lo sé. Pero te supe pedir perdón y supe darme cuenta de que lo eras todo en mi vida. Que no sé que haría si tú no estuvieras en mi mundo, y que si te alejaras de mi lado mi alma se iría contigo y me quedaría aquí tirada sin fuerzas para volver a vivir. Que a pesar del tiempo que pasó te quiero como si desde ese momento solo transcurriera una milésima de segundo. Que ahora me arrepiento de no haberte cogido más fuerte. E incluso me arrepiento de no haber llorado más y de no haber gritado más alto, aquel día en el que dije: No te vayas por favor! Ahora todos los días me arrepiento por no haber pasado más tiempo a tu lado. De lo único de lo que me siento orgullosa, es de haberte conocido, y ahora, vivo y muero por volverte a ver.
Aquel día en el que te vi, no sabía si perseguir tu mirada o morirme. Ese fue hasta ahora uno de los días más felices de mi vida, pero es que yo no solo te amo por lo que eres, sino por lo que ocultas en tu interior, supongo que como otro de mis amores tu también eres imposible, por la simple razón de que te puedas enamorar de una chica como yo, sino porque yo no te podría tener y guardar en el fondo de mi corazón como tu te lo mereces. Tú al fin y al cabo, eres la persona que más amo en este momento, y daría todo por ti, y cuando digo todo ya me puedes creer, porque yo soy una de las pocas chicas que harían y darían todo por la simple razón de tenerte entre mis brazos y entre mis labios.
Si te contara las sensaciones que experimento al pensar en ti, y al pensar que estoy contigo, yo ahora mismo estoy perdida en el abismo por un amor no correspondido, pero es que te quiero más de lo que puedas imaginar.
Porque eres mío, porque cuando te conocí, supuse que te amaría hasta el último de mis días, porque cuando pienso en ti me dan ganas de llorar al saber que no podré tenerte nunca más en mi vida, porque cada vez que dirijo mis ojos hacia los tuyos siento un enorme cosquilleo y siento la necesidad de besarte, porque tus recuerdos son deformes cuando te miro, porque no aguanto la sociedad de ahora. Porque eres único e irrepetible, pero sobre todo porque te amo. Porque da igual de quien me enamore, no vale la pena si no voy a conseguir nada, pero tú vales la pena y voy a luchar por ti, porque yo nunca me cansé de luchar y no va a ser esta vez cuando me rinda. Sólo un beso tuyo, un abrazo, me bastaría para ser feliz el resto de mi vida y creo que corta vida, pero ahora que lo tengo, quiero acabar antes con mi vida, porque no vale la pena. Si supieras lo que daría por pasar un atardecer contigo en la playa, besándonos y abrazándonos.

Ella

 ¿Qué haría yo si ella no estuviera en mi vida? Pues más bien poco, porque gracias a ella he podido aprender de la vida y crecer poco a poco a su lado. Cuatro o cinco años, más o menos, es el tiempo que llevamos en la misma clase. Pero las amistades de verdad tardan en crecer, y supongo que es por eso que no empezamos a hablar hasta dos años después. Empezamos a hablar porque teníamos amigas comunes, pero no tardé en descubrir que tú eras diferente a las demás, especial como ninguna otra. Tú merecías la pena realmente. Hay mucha gente que pasa por tu vida a lo largo de los años. Personas que vienen y se van, que te hacen feliz y que te hacen llorar. Amigos que se vuelven enemigos, enemigos que te acaban cogiendo cariño. Amistades perdidas que un día te vuelven a recordar. Pero tú, señorita, tú siempre estuviste aquí, viendo todo lo que me pasaba. Has estado a mi lado en los momentos fáciles y también en los difíciles. Me has visto llorar, reír, gritar de alegría y de rabia, enfadarme por cosas sin sentido, o con él. Me has aguantado a lo largo de estos dos años, haciéndolos un poco más soportables. Básicamente estuviste siempre ahí: el año pasado, uno de los mejores años de mi vida, y este año, que está siendo de los peores. Tenemos mala suerte, probablemente tú más que yo.
Pero sabes que voy a estar ahí siempre, pase lo que pase, aunque cambiemos de instituto y nos veamos menos, a mi me da igual. Me recorreré todo el pueblo si hace falta para verte de nuevo. Porque eres mi mejor amiga, de esas que hay pocas y hay que conservar.
Gracias por estar siempre ahí.

martes, 26 de julio de 2011

Se llamaba 18...

 Aquel era un día lleno de inseguridad para mí. Te quería, pero no lograba comprender porqué me habías dejado sin dar más pistas. Pero ese día había sido diferente, había recibido tu llamada y eso había hecho que todas las nubes del cielo desaparecieran, dejando un sol espléndido. Eso en mi mente, claro, porque en la realidad una fina lluvia comenzaba a empapar la ciudad. Eran las 16.30 y yo estaba allí, esperando en el sitio donde siempre quedábamos, el cómplice de nuestro amor. Bajé del autobús y allí estabas tú, esperando. Y descubrí que eras el de siempre desde lejos. Eras el chico del que yo me había enamorado. Me acerqué lentamente hacia ti mientras te girabas y me sonreías. Amor. Mis ojos no podían expresar otra cosa. Solo nosotros sabemos cuánto lo quería y cuánto daría por estar a su lado. Llegué a junto suya sonrojada pero sonriente. Entonces él me cogió de la mano, me besó la mejilla como si fuera una niña pequeña y juntos nos dirigimos al bosque donde varias veces nos habíamos dejado llevar. Me senté en aquellas escaleras, como otras muchas veces, mientras te observaba de arriba a abajo. Eras tan perfecto para mí... Y de repente te agachaste, acercaste tu cara a la mía y me dijiste: te quiero... Y me besaste. Yo sé que eso realmente no era amor, que lo único que estabas haciendo era pedir perdón por todo el dolor que causabas. Pero lo dejé estar, porque yo sí que lo amaba, y me daba igual mientras estuviera a mi lado. Sus besos eran tiernos y apasionados. Aun tengo el recuerdo de su mano resbalando por mi cuerpo suavemente. Lo encantada que yo estaba cuando te dejabas llevar por la magia y me besabas el cuello. Y aquel día la magia nos llevó demasiado lejos, más allá del engaño que estabas cometiendo. Así fue como pasó, así fue cómo aquel día olvidamos lo que eran el tiempo y el espacio y nos centramos en nosotros dos. Desde aquel día tengo la certeza de que aun me quieres, y que yo aun te quiero a ti.

sábado, 23 de julio de 2011

Y que le voy a hacer

Si yo soy así, siempre lo he sido. Puedes llamarme tonta si quieres, pero al menos no podrás decir que soy egoísta. Porque lo único que estoy intentando es arreglarlo todo, poner orden por una vez en mi vida, y tenerlo cerca. Que él sea mío de una vez por todas. Porque sí, lo quiero, no lo puedo negar. Soy estúpida por haberme encariñado de alguien que me hizo tanto daño, y qué? Alguien se ha parado a pensar que a lo mejor es lo que yo quiero? No exactamente que me haga daño, porque no soy masoquista, pero sí busco hacerlo cambiar, recapacitar, y ser feliz al lado de la persona a la que tanto quise, quiero y querré.

viernes, 8 de julio de 2011

Y todo se acabó

Así es. Las cosas vienen y se van, es el curso de la vida. Un bucle sin fin, lo que yo siempre he dicho. ¿Que ha sido culpa mía? Lo sé, y lo admito. No me voy a esconder de ello, afrontaré la verdad: toda la culpa ha sido mía, si lo quieres ver así. Y el porqué es bastante sencillo, la verdad... La verdad es que no puedo sentir, al menos no como yo quisiera. Y siento que las cosas no hayan sido como esperabas, siento no ser la persona de la que te querías enamorar, pero así es como soy yo, y no voy a cambiar por nada ni por nadie... Espero que te vaya bien ahora que no estoy ahí. Suerte.

martes, 5 de julio de 2011

Casi dos meses.

Hemos pasado cosas buenas y cosas malas, algunas más agradables que las otras. Puedo resumir estos dos meses en una sola frase: cada día te quiero un poco más.