jueves, 6 de octubre de 2011

Vivir para morir.

 Nacemos.
Nacemos y a nuestro alrededor todos lloran de felicidad, observando nuestros cuerpos desnudos y bañados en sangre. No comprendemos nada, apenas abrimos los ojos. Somos seres que acaban de salir del vientre de su madre, alejados de su protección. Nos sentimos muy desprotegidos... Y aprendemos a respirar.
Crecemos.
Crecemos mientras el mundo que nos rodea crece con nosotros. Nuestros padres nos visten, nos alimentan y nos cambian de ropa. Y nosotros nos limitamos a llorar, porque es lo único que sabemos hacer. Después aprendemos a hablar, a caminar y a ir al baño solos.
Comenzamos a ir al colegio, pasamos de infantil a primaria, y nos vamos sintiendo orgullosos de nosotros mismos. Empiezan las clases, acaban los cursos y comienzan vidas nuevas. Llega hasta nosotros la responsabilidad de estudiar, empiezan los deberes y los exámenes.
Vamos madurando conforme pasa el tiempo, llegamos a los estudios secundarios. Más estudios, más deberes, más responsabilidad. Llega la adolescencia, empiezan los problemas en casa y los enfados tontos. Comenzamos a tener pareja, las dejamos, volvemos, las dejamos. Hacemos tonterías, nos fastidiamos la vida por los prototipos de la sociedad.
Acabamos los estudios secundarios, vamos a Bachiller. Nos estresamos, lloramos, sufrimos. Más enfados, más parejas, más locuras. Acabamos Bachiller, vamos a la universidad. Hacemos más y más locuras. Acabamos la universidad.
Trabajamos.
Trabajamos día a día para comprar comida y cosas que no necesitamos. Nos vestimos, salimos, bebemos, cometemos aun más locuras y creemos vivir la vida. Y finalmente...
Morimos.
Morimos y todo el mundo llora de tristeza ante un ataúd en el que se conserva nuestro cuerpo sin vida. El cura dice sus palabras, nos entierran y todo el mundo se va.
Es otra vida que deja el mundo, aunque eso apenas importa. Es solo una muestra de la inteligencia del ser humano. Somos egoístas, solo nos preocupamos de lo que nos interesa. Pero al fin y al cabo, algún día todos mueren, y eso es lo que iguala a todas las personas que conviven en el planeta sin casi saberlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario