lunes, 28 de febrero de 2011

Seis.

Quise decirte al oído. Quise llorar por lo que fue. Quise enhebrar nuestros hilos por última vez y que la noche nos llevase a aquel ayer. Y en mi sombra un suspiro. Y de mi piel la soledad. Y en mi mundo ahora hundido solo una verdad: que no estás tu y que no tengo nada más. Y se llenan tus palabras y te cuesta comprender. Porque escucha cuando hablas pero no quiere entender. Y se han deshecho vuestros lazos, y ese cielo tan azul, y han quedado sus pedazos en donde los pusiste tu.
Y es encontrar el vacío. Y es descubrir que la vida se te escapa mientras alguien como cruel enemigo escucha tu verdad para ignorarla, para no creer en nada más. Y ahora quien llama al olvido. Y ahora quien vuelve a contar estrellas que no brillarán. Si tu no cuentas conmigo, si no quieres soñar, vete en silencio, ahora ya puedes olvidar. Y se llenan tus palabras y te cuesta comprender. Porque escucha cuando hablas pero no quiere entender. Y se han deshecho vuestros lazos, y ese cielo tan azul, y han quedado sus pedazos en donde los pusiste tu.
Y vuelve cada madrugada, y vuelve cada amanecer el silencio en tu mirada tiene nombre de mujer.

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