No es algo que quiera. Es más, es algo para lo que no encuentro fuerzas. Es algo que he estado evitando todo este tiempo, y que no sé si podré seguir evitando. Porque ya duele, ya has abierto la herida, ya sangra, ya muero por dentro. Y lo he intentado dejar de lado, pensando que yo soy una persona racional, que no actúa por impulsos del corazón, sino de la mente. Y ya no puedo, mi mente ha perdido la batalla frente a un corazón dañado. Y ya solo queda una palabra: Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario