jueves, 17 de mayo de 2012

In the end

Desde la ventana se podía ver al sol desaparecer tras la colina, a los pájaros volando hacia sus nidos y a la gente apresurándose para llegar a sus casas con sus familias. Con los últimos rayos de sol sentí que mi vida se desvanecía una vez más… Eché una vaga mirada hacia en el desván que me servía de cuarto. Todo estaba tan desordenado y oscuro como siempre, pero a mí me gustaba así. No es que me encantara vivir en medio de un desorden, es simplemente que no tenía el tiempo suficiente como para pararme a ordenar cada esquina de ese asqueroso desván.
Lo bueno que tenía ese cuarto era que una parte del techo era de cristal, y me permitía tumbarme todas las noches y observar las infinitas estrellas, que me estremecían de lo pequeña que me hacían sentir. Las personas somos seres destinados al fracaso, a la desgracia. Somos inseguros, angustiados, malos. Todos hemos sido malos con alguien alguna vez en nuestra vida, aunque pensemos que no. En algún momento hemos hecho sufrir a alguien, lo hemos humillado, lo hemos hecho llorar. Y por eso siempre estaremos destinados al dolor y a la muerte, ese será nuestro castigo.
Cuando miro las estrellas pienso en toda esa gente que sufre por sobrevivir. Todos esos que se alimentan de la caridad de una sociedad más y más agarrada, los que viven debajo de puentes, se tapan con cartones y llegan a hacer locuras con tal de vivir un día más. Y luego nosotros nos quejamos de que nuestra vida es un asco, un sufrimiento. Sí, pero al menos tenemos un techo que nos cubra mientras nos quejamos.
Bueno, no es que yo pretenda quejarme de la vida que llevo, porque realmente no es una vida de la que uno se pueda quejar. Pero es algo más, como un dolor existencial que está ahí y no se marcha, que siempre me persigue y está conmigo para siempre. Y supongo que es eso lo que me hace sufrir, el saber que el dolor me acompañará siempre, vaya a donde vaya, y que puedo intentar ignorarlo, pero no me libraré de esta carga con la que arrastraré hasta el fin de mis días…

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