martes, 13 de septiembre de 2011

Autodestrucción en 3, 2, 1...

 Me sentía mal por dentro... Comer tanto, a quien se le ocurre. Se me empezaría a hinchar la barriga, las piernas se me volverían carnosas y me saldrían puntos blancos de grasa. Mis pómulos se volverían asquerosamente gordos y empezaría a subir de peso de nuevo, hasta alcanzar los 100 kg y no reconocerme a mí misma. No podía seguir así, por supuesto que no. Pero es que no era capaz de comer, era algo que superaba toda mi fuerza de voluntad. Aunque... empecé a pensar y llegué a la conclusión de que tal vez no hiciera falta dejar de comer para volver a adelgazar y perder esos estúpidos kg que atentaban a su barriga continuamente. Me acerqué lentamente al cuarto de baño, ¿esto es a lo que quería llegar? ¿Tan bajo iba a caer por unos malditos kg? Me paré en seco en el medio del pasillo. Ya no solo era eso. Todas mis amigas estaban más delgadas que yo y, aunque no me echaban nunca nada en cara, yo sabía que me despreciaban por mi gordura. ¿Y qué hay de los chicos? Nunca me había querido ninguno, seguramente porque ser gorda me apartaba de ellos. Era hora de cambiar, era hora de demostrarles a todos que yo también podía cambiar, podía ser más guapa, que a mi también me podía servir una talla 34. Me arrodillé frente al retrete y me metí los dedos en la boca. No iba a ser fácil, y desde luego iba a ser de lo más desagradable, pero sería recompensada por ello. Así es como empecé a vomitar, empecé a adelgazar y me empecé a sentir bien.
¿Pero sabéis cuál es la realidad? La única realidad metida en todas estas mentes enfermas es la de un prototipo de mujer que la sociedad de hoy en día ha ido generando. ¿Es así como queremos que sea la gente? Personas guapas y delgadas que carezcan de personalidad? ¡NO! Por supuesto que no, yo al menos quiero una sociedad en la que cada persona sea como sea, en la que no existan problemas de este tipo porque no haya nadie que critique a la gente por como es.
Menos criticar y más vida personal, que ya ha muerto demasiada gente por el qué decir.

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